El famoso reloj que preside la puerta del Sol está situado la torre de la Casa de Correos y es el protagonista en anunciar el tránsito hacia el año nuevo gracias a sus doce campanadas que suenan cada treinta y uno de diciembre.
Pero, el reloj no siempre ha estado en el mismo lugar. Nos remontamos a finales del siglo XVIII, cuando la ciudad de Madrid tendría una sede de correos y postas que sería la actual Casa de Correos, mandada erigir por el rey Fernando VI y a su muerte la continuó su hermano Carlos III, destituyendo al arquitecto Ventura Rodríguez por el arquitecto francés Jaime Marquet. Este edificio no tendría torre, por lo que, el reloj de la Puerta del Sol estaría en lo alto de la iglesia del Buen Suceso, cuya demolición se produjo en el año 1854.
Era necesario reubicar el reloj, ya que, la Puerta del Sol era la cabecera de línea de postas y dirigencias y era necesario que todas las personas pudieran ver la hora.
En el año 1855 comenzaron a construir una torreta en la parte central de la Casa de Correos para colocar el reloj que presidía la Iglesia del Buen Suceso, colocando tres esferas, cada una en cada cara de la torreta y unas campanas en la parte superior también pertenecientes a la Iglesia de Buen Suceso recientemente demolida.
A mediados del siglo XIX el edificio de Correos serviría ya como Ministerio de Gobernación y en el año 1866 hubo que sustituir el reloj, fabricado por Tomás de Miguel por otro, ya que era muy impreciso. Había veces que cada esfera marcaba diferente hora, fue motivo de burlas y risas entre los madrileños y se difundió la siguiente cantinela:
-Este reló tan fatal
Que hay en la Puerta del Sol-
Dijo un turco a un español
-¿Por qué funciona tan mal?-
Y el turco con desparpajo
Contestó cual perro viejo
–Este reló es el espejo
Del Gobierno que hay debajo-
En el año 1863, el prestigioso relojero aragonés José Rodríguez Losada, afincado en Londres, famoso por hacer cronómetros marinos de precisión, decidió regalar la maquinaria al ayuntamiento de Madrid. Tardó 3 años en finalizarlo y es el que actualmente sigue funcionando.
El 19 de noviembre de 1866 fue inaugurado por la reina Isabel II.
De precisión muy alta solo se retrasa 4 segundos al mes.
El péndulo mide tres metros.
Durante la Guerra Civil Española las esferas del reloj fueron dañadas por los bombardeos en la torreta y en la época de posguerra las señales horarias del reloj se retransmitían por Radio Nacional de España.
En el año 1952 el embajador de Venezuela en Madrid hizo una propuesta de compra del reloj al Ayuntamiento de Madrid, mediante la petición desde el ayuntamiento de Caracas, pero finalmente no se llegó a firmar ningún acuerdo y el reloj se quedó en la Puerta del Sol.
Tradicionalmente nos tomamos 12 uvas cada 31 de diciembre a media noche para tener buena suerte el año siguiente, pero… ¿por qué nos tomamos uvas en nochevieja?
Ya en el año 1882, los periódicos recogían la información de esta tradición entre la sociedad burguesa que celebraba la nochevieja tomando uvas y champán durante la cena. Un grupo de madrileños salieron a la Puerta del Sol a tomarse las doce uvas acompañadas del sonido de las campanadas con el objetivo de burlarse de la costumbre aristócrata, pero es cierto que en el año 1909 hubo un excedente de producción de uva en Alicante repartiéndolo a las personas que se concentraban en la Puerta del Sol. Por otro lado, también cabe destacar que, la uva es un símbolo asociado a la abundancia y positividad.
En el año 1962 se dio la primera retransmisión de las campanadas de nochevieja y desde entonces se ha hecho muy popular la tradición de tomar las uvas en cada campanada junto a nuestros seres queridos y pedir deseos para el año nuevo.